L. RONALD HUBBARD | PERFIL BIOGRÁFICO

El Nacimiento de
Dianética

La Segunda Guerra Mundial resultó tanto una interrupción de la investigación como un mayor incentivo. Lo primero se debió a que el Sr. Hubbard tuvo que prestar servicio en el Atlántico y en el Pacífico como comandante de patrullas antisubmarinos. Lo segundo se debió a que si algo acentuaba la necesidad de una filosofía funcional para el mejoramiento humano, era el absoluto horror de ese conflicto. O como él, de manera tan sucinta, lo expresó: “El hombre padece una locura que se llama guerra”. El Sr. Hubbard se contó también entre los primeros que expresaron sus preocupaciones sobre lo que significaba el advenimiento de las armas atómicas, si no iban acompañadas de una comprensión equiparable del comportamiento humano.

“Terra Incógnita: La Mente”, Primera descripción publicada sobre la mente; publicada en la edición invierno/primavera de 1950 del Explorers Journal (Diario del Club de Exploradores).
La culminación de su obra hasta ese momento, llegó en 1945, en el Hospital Naval de Oak Knoll, en Oakland, California. Parcialmente ciego con los nervios ópticos dañados, lisiado en la cadera y con lesiones en la espina dorsal, el Sr. Hubbard se convirtió en uno de los cinco mil pacientes navales y de Infantería de Marina que recibieron tratamiento en Oak Knoll. También bajo tratamiento en esas instalaciones se encontraban algunos cientos de antiguos prisioneros de campos de concentración japoneses. Intrigado por el inexplicable fracaso de los pacientes para recuperarse, a pesar de los intensivos cuidados médicos, el Sr. Hubbard se hizo cargo personalmente de administrar una forma temprana de Dianética. En total, unos quince pacientes recibieron la atención del Sr. Hubbard, quien utilizó sus técnicas para eliminar lo que él daba por sentado que era la inhibición mental para la recuperación. Lo que finalmente descubrió, que fue lo que de hecho salvó la vida de esos pacientes, se basaba en un punto filosófico clave: que a pesar de la teoría científica que se sustentaba por lo general en esa época, el estado de la propia mente en realidad tenía prioridad sobre nuestra condición física. Es decir, nuestros puntos de vista, actitudes y condición emocional determinaban, a fin de cuentas, nuestro bienestar físico y no al revés. O, como el mismo Sr. Hubbard indicó de manera sucinta: “La función rige a la estructura”.

Con la resolución de este asunto y al restaurarse la paz, el Sr. Hubbard se puso a realizar pruebas adicionales de la funcionalidad de sus descubrimientos mediante intensas investigaciones con personas de todos los niveles sociales. Esto incluía a actores de un taller de teatro de Hollywood, ejecutivos de industrias vecinas a los estudios, víctimas de accidentes de un hospital de Pasadena y criminales dementes de una institución para enfermos mentales de Georgia. Considerándolo todo, el Sr. Hubbard trabajó personalmente con unos doscientos hombres, mujeres y niños antes de compilar sus dieciséis años de investigación en un manuscrito. Con el título de Dianética: La Tesis Original, la obra no se ofreció para su publicación, sino que más bien se pasó a amigos para que la revisaran. Mediante el proceso de hectografiado, con el tiempo cientos de copias se pusieron en circulación y la respuesta fue tan entusiasta que animó al Sr. Hubbard a presentarla en forma más amplia. Esa tesis, titulada “Terra Incógnita: La Mente” apareció en el ejemplar de invierno/primavera de 1950 del Diario del Club de Exploradores (Explorers Club Journal). Inmediatamente después, el Sr. Hubbard se encontró literalmente inundado de solicitudes para obtener más información, lo que inspiró su manual formal Dianética: El Poder del Pensamiento sobre el Cuerpo.

Primera edición de Dianética: El Poder del Pensamiento sobre el Cuerpo, publicada el
9 de mayo de 1950.
Sin lugar a dudas, Dianética fue un hito histórico. En lo que se convertiría en una predicción reveladora, Walter Winchell, que en esa época era columnista nacional, proclamó: “Va a aparecer algo nuevo en el mes de abril que se llama Dianética. Es una nueva ciencia que funciona con la invariabilidad de una ciencia física en el campo de la mente humana. Todo indica que demostrará ser algo tan revolucionario para la humanidad como el descubrimiento y la utilización del fuego por el primer hombre de las cavernas”. Aunque la afirmación de Winchell era atrevida, fue sin embargo exacta, ya que con Dianética apareció la primera explicación definitiva del pensamiento y el comportamiento humanos. También con Dianética apareció el primer medio de resolver los problemas de la mente humana, lo que incluía sensaciones y emociones no deseadas, irracionalidades y enfermedades psicosomáticas.

En el núcleo de esos problemas se encontraba lo que el Sr. Hubbard llamó mente reactiva y que definió como esa “parte de la mente de la persona que funciona totalmente a base de estímulo-respuesta, que no está bajo su control volitivo y que ejerce fuerza y poder de mando sobre su conciencia, propósitos, pensamientos, cuerpo y acciones”. Almacenados en la mente reactiva hay engramas que él definió como grabaciones mentales de momentos de dolor físico e inconsciencia. Con anterioridad se había vislumbrado que la mente registraba percepciones durante momentos de inconsciencia parcial o total, pero la forma en que el engrama actuaba sobre el cuerpo afectando al comportamiento y al pensamiento era completamente novedoso. Tampoco nadie había imaginado siquiera lo que la totalidad de los engramas, tal como están contenidos en la mente reactiva, significaba en términos de desdicha humana. Ya que es esta parte de la mente, como expresó el Sr. Hubbard, “la que hace que un hombre suprima sus esperanzas, la que mantiene sus apatías, la que lo vuelve indeciso cuando debería actuar y la que lo mata antes de que haya empezado a vivir”. En pocas palabras: era el origen de todos los fracasos humanos.

Si en alguna ocasión alguien quisiera una prueba de lo que Dianética dice sobre el engrama y la mente reactiva, sólo tendría que mirar lo que se puede lograr con las técnicas de Dianética. Los casos son muchos, están documentados y son asombrosos: un maníaco homicida regresó a la normalidad en cuestión de unas cuantas docenas de horas; un soldador con artritis paralizante recuperó la movilidad total casi en el mismo número de horas; un profesor prácticamente ciego, recobró la vista en menos de una semana; una ama de casa que padecía una lesión paralizante debida a la histeria recuperó una salud perfecta en una única sesión de cuatro horas. También, existía la meta máxima del procesamiento de Dianética: el estado de Clear, en el cual se borraba la totalidad de la mente reactiva dejando a la persona con atributos y capacidades mucho más avanzados que nada de lo que se hubiera podido predecir con anterioridad.

Desde su primera publicación, Dianética se ha traducido a más de 50 idiomas y ha aparecido en alrededor de 600 listas de best-séllers.
Huelga decir que, cuando se empezó a correr la voz de los descubrimientos del Sr. Hubbard, la respuesta fue considerable: se vendieron más de cincuenta mil ejemplares de Dianética, recién salidos de la imprenta, mientras que las librerías pasaban apuros para mantener el texto en las estanterías. Al aumentar la evidencia de su funcionalidad (el hecho de que Dianética realmente ofrecía técnicas que cualquiera podía aplicar) la respuesta fue incluso más espectacular. En el verano de 1950 los titulares de un periódico decían: “Dianética asalta los Estados Unidos” y “El movimiento de más rápido crecimiento en América”. Para finales de año, se habían formado espontáneamente 150 grupos de Dianética de costa a costa, y seis ciudades ostentaban fundaciones de Dianética para ayudar a facilitar el avance del Sr. Hubbard en este tema.